martes, 28 de abril de 2015

Conservar y proteger al cerebro: ¿Por qué? ¿Cómo?

En la actualidad, numerosas investigaciones han demostrado que el desarrollo y mantención del cerebro exige la necesidad de una buena salud y de una correcta nutrición, ya que sin ello el desarrollo cognitivo y la salud emocional pueden presentan alteraciones de diferentes magnitudes.

A partir de los 65 años la posibilidad de tener alguna demencia o enfermedad de Alzheimer se duplica exponencialmente y después de los 85 se estima que una de cada dos personas puede tenerla. En la actualidad, el envejecimiento poblacional aumentó la cantidad de casos de personas con enfermedades neurodegenerativas y se estima que para 2050 existirán aproximadamente 100 millones de personas en el mundo que la padecerán con una buena noticia: los estudios recientes han demostrado que es prevenible e implica que existen posibilidades de retrasar la aparición de los síntomas.

Mantener las neuronas en buen estado y estimularlas con aprendizajes de nuevas habilidades puede retrasar e impedir la aparición de enfermedades o disfunciones neuronales. Desde el nacimiento existen en el cerebro una cantidad de neuronas con posibilidad de conectarse (hacer sinapsis) y, desde temprana edad, el aprendizaje va permitiendo que esas neuronas puedan realizar conexiones y crear redes. Cuando comienza a depositarse la proteína amiloide del Alzheimer en el cerebro, cuanto más redes de conexión existan, lo que se llama "reserva cognitiva", más tarde aparecerán los síntomas de la enfermedad porque el cerebro tiene posibilidades de ir buscando nuevas conexiones en reemplazo de las dañadas.

El cerebro, como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, necesita estar en actividad para que se mantenga sano. 
Tener en cuenta que el cerebro alcanza su plena madurez a los 30 años, a partir de entonces, recién, empieza a envejecer y siempre el proceso de envejecimiento es individual. Puede ser más o menos rápido según la persona y el tiempo que dedique al cuidado del mismo. Es un hecho demostrado que el cambio de hábitos en la vida diaria disminuye el riesgo de presentar precoz deterioro cognitivo. 
Aquí verán algunas sugerencias, de probada efectividad, para reforzar las intenciones de cuidar nuestra salud cerebral:

1. Comer menos: Comer más de lo necesario aumenta el nivel de estrés oxidativo del organismo, que afecta a las proteínas, lípidos y al cerebro. Comer menos y más saludable aumenta la producción de neuronas en el hipotálamo, región del aprendizaje y la memoria, mejorando la sinapsis y favoreciendo los mecanismos de reparación neuronal.

2. Hacer deporte de forma regular: El deporte es salud, y practicar ejercicio aeróbico de forma continuada segrega sustancias que mejoran la plasticidad cerebral, mejorando de este modo la sinapsis entre neuronas, que son la clave del aprendizaje y la memoria.

3. Hacer ejercicio mental todos los días: Es muy recomendable ejercitar la mente diariamente. Para ello, buscar actividades que llamen la atención y que reporten satisfacción, como puede ser el aprendizaje de un nuevo idioma o simplemente leer una novela. Por ejemplo, jugar ajedrez o desarrollar otro tipo de destrezas mentales, así como leer diariamente, reduce en un 75 por ciento la probabilidad de desarrollar algún tipo de demencia entre los 65 y 95 años. 

4. Viajar mucho: La rutina es nefasta para el cerebro, por lo que es bueno realizar actividades que hagan salir de ese estado. Viajar conlleva ver cosas nuevas, generando un cúmulo de emociones que es lo que hace que se muevan las neuronas. Incluso cambiar el recorrido para ir al trabajo o de mano para cepillarse los dientes “despierta” las neuronas.

5. Vivir acompañado: Para disponer de una buena salud mental es fundamental tener una buena relación con la gente que rodea, ya que la comunicación con otras personas provoca estímulos que favorecen al funcionamiento del cerebro. Respetar el "estar solo" NO ES AISLARSE.

6. Adaptarse a los cambios: La sociedad avanza a un ritmo muy alto y continuamente los cambios del entorno que nos rodea alteran la comodidad. Es fundamental aceptar esos cambios y adaptarse a ellos, ya que de lo contrario puede causar estrés emocional, afectando la salud del cerebro. 

7. Evitar el estrés crónico: El estrés es muy dañino para el organismo ya que libera corticoides que dañan las conexiones cerebrales. Para contrarrestar esto, lo mejor es tomarse las cosas con calma y no sobrexcitarse demasiado.

8. Tabaquismo: Fumar es muy perjudicial, ya que puede provocar pequeños infartos cerebrales que afecten a la memoria. Además, la nicotina produce la reducción de la memoria y la atrofia y muerte de las neuronas, de ahí la importancia de dejar de fumar para disfrutar de un cerebro sano.

9. Descanso adecuado y dormir bien: El cerebro necesita entre 7 y 8 horas de sueño reparador para que pueda borrar todos aquellos datos que no sean necesarios, y afianzar las cosas que sí sean de interés para la persona. También es importante descansar bien, cómodamente, ya que durante ese tiempo se reparan los tejidos que pudieran estar dañados y se fijan los conocimientos.

10. Evitar los desniveles emocionales: A lo largo de la vida es necesario buscar aquellas cosas que provoquen emociones positivas, ya que éstas son las que proporcionan fuerzas y ganas para vivir. Se puede decir que son el motor del organismo, las que motivan y hacen seguir adelante.

11. Ser Agradecido: Una de las acciones que mejor sientan a las personas son los agradecimientos. Gracias a esta acción se estrechan vínculos con los demás y promueven mejores emociones; aleja las viejas rencillas que provocan tensiones y estrés constante.

12. Disfrutar de las pequeñas cosas: En ocasiones es mejor disfrutar de las cosas pequeñas y no ilusionarse con lo difícil de obtener. Las cosas que nunca llegan pueden causar una gran decepción. 

Autor: DR. NSE. LUIS M. LABATH. (2015)

Cristopher Palacios C.
Interno de Psicología
Universidad Mayor

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