miércoles, 25 de noviembre de 2015

Lo que necesitas saber antes de comenzar un tratamiento farmacológico


Como todo en la vida, la salud mental no es garantía de nadie. Antes o después nos encontraremos en situaciones dónde la medicación sea una cuestión de vital importancia para nosotros, ya sea como profesionales, familiares, amigos o pacientes (si no es que ya lo hemos vivido desde la mayoría de estas perspectivas, que es frecuente). Y es que es alarmante que lleguen pacientes que han decidido suspender su tratamiento o regularse ellos mismos las dosis sin avisar a su médico. Tristemente, somos en su mayoría los familiares los que, llevados por muy buenas intenciones pero con mucho desconocimiento, apoyamos esta situación. Por favor, seamos prudentes y dejemos a un lado nuestras opiniones subjetivas. Para ellos, en una situación tan delicada, somos su sustento y nuestro apoyo y opiniones son fundamentales, que sean pues basadas en información ya que es la salud mental de nuestro familiar la que está en juego.

Ya que en alguna ocasión alguien comentó que su antiguo psicólogo le “receto determinada medicación”, se aprovecha el ejemplo también para dejar claro que, al menos en Chile, ningún psicólogo puede recetar absolutamente nada. Sí que está entre nuestras competencias saber de psicofarmacología, pues en algunas psicoterapias se necesita de los psicofármacos para superar cierta “barrera” sintomatológica, y en estos casos es fundamental que como psicólogos estemos en comunicación con el psiquiatra, pero la medicación tiene que estar siempre prescrita por un médico, habitualmente psiquiatra o de atención primaria (estos últimos tienen cierta práctica en algunas enfermedades mentales menores).

Es el psiquiatra quien individualizará cada tratamiento (tanto en la elección de los psicofármacos como en la dosificación) para adaptarlo mejor a las necesidades del paciente. Por ello, como profesionales de la salud mental necesitamos saber transmitirle nuestras necesidades, molestias e incluso sugerencias y sé que a veces no resulta sencillo. Se recomendaría que al menos en la primera visita fuesen con un familiar o amigo muy cercano pues es normal que lleguen alterados o con un estado de ánimo que nos entorpezca la recepción de la información que nos proporcione y nunca viene mal tener una lista preparada de preguntas y comentarios que se hayan ido surgiendo antes de la visita y durante el tratamiento. Hay que tener confianza, y si la medicación que estás tomando le sienta mal de cualquier manera, comunicárselo al profesional. Él cuenta con eso para poder modificar la dosis o cambiar la medicación.

El hecho de no seguir las indicaciones o, peor aún, suspender los tratamientos por cuenta propia lo que hace es incrementar el riesgo de empeorar y, en algunos casos, desarrollar otras patologías. Se calcula que alrededor del 50% de los pacientes no siguen correctamente las indicaciones del médico (Pendetlon, 1983).



Si contamos con la información necesaria y se mantiene una comunicación constante con nuestro médico, tendremos mayor control sobre nuestro tratamiento y se incrementará nuestra probabilidad de éxito. Con el objetivo de mejorar nuestra comprensión en el uso de algo tan relevante en la vida de cualquiera como son los psicofármacos,  se ha rescatado y sintetizado una serie de cuestiones elaboradas por la  psiquiatra Joanna Moncrieff a manera de guía que nos pueda ser de ayuda. Dejamos el artículo original en inglés por si lo quieres consultar. Y una vez más, se sugiere que escriba y que insista si lo considera, hasta que le quede muy claro y estés satisfecho con las respuestas.





Isaac Castañeda Rivera
Int. Psicología U. Central de Chile
Equipo Salud Mental

Fuente

Artículo en inglés



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