Lo que
necesitas saber antes de comenzar un tratamiento farmacológico
Como todo en la vida, la
salud mental no es garantía de nadie. Antes o después nos encontraremos en
situaciones dónde la medicación sea una cuestión de vital importancia para
nosotros, ya sea como profesionales, familiares, amigos o pacientes (si no es
que ya lo hemos vivido desde la mayoría de estas perspectivas, que es
frecuente). Y es que es alarmante que lleguen pacientes que han decidido
suspender su tratamiento o regularse ellos mismos las dosis sin avisar a su
médico. Tristemente, somos en su mayoría los familiares los que, llevados por
muy buenas intenciones pero con mucho desconocimiento, apoyamos esta situación.
Por favor, seamos prudentes y dejemos a un lado nuestras opiniones subjetivas.
Para ellos, en una situación tan delicada, somos su sustento y nuestro apoyo y
opiniones son fundamentales, que sean pues basadas en información ya que es la
salud mental de nuestro familiar la que está en juego.
Ya que en alguna ocasión alguien comentó que su antiguo
psicólogo le “receto determinada medicación”, se aprovecha el ejemplo también
para dejar claro que, al menos en Chile, ningún psicólogo puede recetar
absolutamente nada. Sí que está entre nuestras competencias saber de
psicofarmacología, pues en algunas psicoterapias se necesita de los
psicofármacos para superar cierta “barrera” sintomatológica, y en estos casos
es fundamental que como psicólogos estemos en comunicación con el psiquiatra,
pero la medicación tiene que estar siempre prescrita por un médico,
habitualmente psiquiatra o de atención primaria (estos últimos tienen cierta
práctica en algunas enfermedades mentales menores).
Es el psiquiatra quien individualizará cada tratamiento (tanto
en la elección de los psicofármacos como en la dosificación) para adaptarlo
mejor a las necesidades del paciente. Por ello, como profesionales de la salud
mental necesitamos saber transmitirle nuestras necesidades, molestias e incluso
sugerencias y sé que a veces no resulta sencillo. Se recomendaría que al menos
en la primera visita fuesen con un familiar o amigo muy cercano pues es normal
que lleguen alterados o con un estado de ánimo que nos entorpezca la recepción
de la información que nos proporcione y nunca viene mal tener una lista preparada
de preguntas y comentarios que se hayan ido surgiendo antes de la visita y
durante el tratamiento. Hay que tener confianza, y si la medicación que estás
tomando le sienta mal de cualquier manera, comunicárselo al profesional. Él
cuenta con eso para poder modificar la dosis o cambiar la medicación.
El hecho de no seguir las indicaciones o, peor aún, suspender
los tratamientos por cuenta propia lo que hace es incrementar el riesgo de
empeorar y, en algunos casos, desarrollar otras patologías. Se calcula que
alrededor del 50% de los pacientes no siguen correctamente las indicaciones del
médico (Pendetlon, 1983).
Si contamos con la información necesaria y se mantiene una
comunicación constante con nuestro médico, tendremos mayor control sobre
nuestro tratamiento y se incrementará nuestra probabilidad de éxito. Con el
objetivo de mejorar nuestra comprensión en el uso de algo tan relevante en la
vida de cualquiera como son los psicofármacos, se ha rescatado y sintetizado una serie de
cuestiones elaboradas por la psiquiatra Joanna Moncrieff a manera de guía que nos pueda ser de ayuda. Dejamos el artículo
original en inglés por si lo quieres consultar. Y una vez más, se sugiere que
escriba y que insista si lo considera, hasta que le quede muy claro y estés
satisfecho con las respuestas.
Isaac Castañeda Rivera
Int. Psicología U. Central de Chile
Equipo Salud Mental
Fuente
Artículo en inglés
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