¿Un excesivo uso de redes sociales o “Adicción” a redes sociales?
La
importancia de las redes sociales radica en la facilidad que hoy se tiene para
suscribirse a ellas, la rapidez para el envío y recepción de información, el
resguardo y distribución de la narrativa que se expresa, la adición y
multiplicación de contactos, la versatilidad de temas a atender prácticamente
al mismo tiempo, la forma expedita de allegarse nuevas relaciones e, incluso,
para desapegarse de ellas. De acuerdo con la organización ComScore, el uso de Redes Sociales es la
actividad más popular en todo el mundo, representan casi uno de cada cinco
minutos empleados en Internet a nivel mundial. En el 2011 se calculó que, de
las personas mayores de 15 años de edad, el 82% accede a Internet desde una
computadora personal en casa o el trabajo y cada uno de ellos tiene una cuenta
en alguna Redes Sociales, twitter y correo electrónico. En ese entonces,
Facebook tenía más de la mitad (55%) de la audiencia mundial.
En el
campo de la salud, hoy en día se habla de un nuevo género de
"adicciones". Primeramente ha de tomarse en cuenta que el término
"adicción" se suscribe a un contexto del uso de elementos químicos,
invasivos para el organismo. En contraparte, se consideran como adicciones no
químicas, más bien "adicciones
psicológicas", a conductas como el juego, la comida, el
sexo, el trabajo o las compras, practicadas de manera atípica.
¿Cuándo
podríamos estar hablando de una adicción psicológica a las redes sociales?
- Cuando
se es dominado en sus pensamientos,
sentimientos y conducta por su uso.
- Invierte grandes
cantidades de tiempo y esfuerzo en la actividad e incremento de ésta.
- Altera sus estados
emocionales (ansiedad, enojo) como consecuencia de implicarse en la
actividad (modificación del humor).
- Se perturba cuando es
interrumpido en la actividad o se le reduce el acceso.
- Comienza a enfrentar problemas
con las personas que le rodean (dentro y fuera de las Redes Sociales) o
consigo mismo, para permanecer realizando esta actividad o deja de atender las responsabilidades asumidas o impuestas en el trabajo,
la escuela o el hogar (conflicto).
- Se va reduciendo la
interacción social fuera de las redes.
- Niega tener consecuencias
por la actividad y se jacta de poderla abandonar en cualquier momento (y no
lo demuestra).
Otras conductas, de menor magnitud, pero que pueden ser síntomas
de alama son:
- Aislarse de las relaciones sociales
presenciales (cara a cara), sustituyendo este tipo de relación por las Redes
Sociales.
- Bajar el rendimiento
escolar por motivo del tiempo utilizado en redes sociales.
- Descuido de
responsabilidades o actividades consideradas como importantes en el entorno
laboral, escolar, familiar o de pareja.
- Manifestar euforia cuando
se está participando en Redes Sociales.
- Manifestar irritación o
ansiedad excesiva cuando no hay conexión a Internet y, por consecuencia, a
las Redes.
- Mentir sobre el tiempo
que se está conectado o sobre lo que se está haciendo en las Redes Sociales.
- Pensar y hablar
persistentemente de los temas que suceden en la red, entre los conocidos.
- Pérdida de la noción del
tiempo o del espacio debido a la permanencia frecuente o constante en las
RSI.
- Privación del sueño
por estar conectado a las Redes Sociales.
- Protagonizar discusiones
en relación con el uso de las Redes Sociales con las personas que rodean al
usuario, como los compañeros de trabajo, escuela o familiares.
Como en todo tipo de comportamiento que altera la
vida de los individuos, lo mejor es prevenir. Para terminar, algunas
recomendaciones que los estudiosos del comportamiento humano pueden expresar a
los padres de familia para combatir este fenómeno son:
- Establecer tiempos para el uso del dispositivo que permite la conexión a las Redes
Sociales.
- Supervisar de vez en
cuando los contenidos a los que accede el hijo. Obviamente, deberá existir
la confianza para que los padres ingresen a la cuenta personal.
- Si se usa una computadora para acceder a las Redes Sociales
(cuidado, también se hace por el teléfono celular), ésta deberá ubicarse en un
lugar común de la casa y colocada de forma tal que sea posible supervisar visualmente lo que aparece en la
pantalla.
- Promover la realización de actividades
fuera de las Redes Sociales que fortalezcan el aprendizaje, la actividad
física o las relaciones sociales con gente de la misma edad. Importante será
que dichas actividades se realicen en familia y, algo muy importante:
- Conocer, como padres, el
funcionamiento y opciones que proveen las Redes Sociales. Esto permitirá
tener mayor acercamiento con los hijos y, de alguna forma, manifestarles la
comprensión de los alcances y límites de permanecer en activo en estas redes.
Extraído de: Fernández Sánchez, Néstor. (2013). Trastornos de
conducta y redes sociales en Internet. Salud
mental, 36(6),
521-527. Recuperado en 28 de octubre de 2015, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252013000600010&lng=es&tlng=es
Benjamín Lennon,
Interno de Psicología,
Universidad Gabriela Mistral.
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