Una escena frecuente en el ingreso escolar, suele ser el rechazo
de los niños a ingresar a clases. Esta situación, en muchas ocasiones comienza
en el hogar previamente, algunas veces con días de anticipación, y hasta puede
convertirse en un trastorno de ansiedad denominado “fobia escolar”. Las
actitudes de los adultos cercanos y significativos resultan fundamentales para
estimular o, por el contrario, desmotivar la asistencia y participación de los
niños en sus clases y actividades escolares.
Estas 10 actitudes favorecen el éxito ante el rechazo escolar:
1.
Póngase en el lugar del niño
Practicar la empatía es saber que el niño está saliendo de su zona de
comodidad, e ingresando con la inquietud habitual a un sitio con normas y
exigencias diferentes al hogar. Si estamos tranquilos respecto del lugar que
elegimos para su educación, podremos transmitirle la normalidad de lo que
siente, y usar algún ejemplo de nuestra propia vida en el que hayamos superado
la incomodidad inicial.
2. Escúchelo atentamente
Es fundamental que el pequeño pueda manifestar lo que le pasa, lo que siente y
lo que piensa. De acuerdo a su edad y madurez, dispondrá de diversos recursos
para comunicarse, es decir que si se trata de un niño pequeño, quizás lo
demuestre con llanto, malestar emocional o físico. La experiencia de ser
escuchado atentamente favorece su autoestima y esto lo fortalece para
afrontar la situación estresante.
3. No minimice
Lo que el niño está sintiendo es genuino, y por ello le apoyará saber que nadie
juzga sus sentimientos. La evaluación neutral del adulto quita dramatismo a la
situación estresante, hace que el niño se sepa comprendido, y así sea más fácil
afrontarla.
4. Ofrézcale recursos prácticos
Comente con él o ella algunas herramientas que pueda utilizar para atravesar
este momento: cantar una canción que le agrade, jugar un juego de palabras,
pensar en algo que le resulte gratificante si llegara a inquietarse. Es una
muestra práctica de que existe solución, y que sólo hay que transitar el
momento.
5. Valore la función escolar activamente
Las palabras que los niños oyen de sus padres y otros adultos respecto del
colegio colabora fuertemente en la construcción del significado de ir a la
escuela. Utilice este poder para construir un significado valioso, hablando del
colegio con genuino entusiasmo, como una vía de ganar conocimientos y
desarrollar habilidades que de otra manera serían inaccesibles. Plantee el
colegio como una aventura maravillosa.
6. No permita las ausencias injustificadas
Sostener en el tiempo la importancia de la función escolar resulta prioritario
si deseamos instalar el concepto. Si permitimos ausencias con argumentos
livianos, estaríamos boicoteando el proceso que hemos iniciado. Revise su
propia motivación y ansiedades si se descubre argumentando a favor de las
ausencias sin un motivo potente.
7. Tranquilice y refuerce
No amenace ni castigue al pequeño a causa de la dificultad que está
experimentando. Esta actitud podría tirar por la borda los esfuerzos realizados
y complicar aún más la situación. Atienda a cada pequeño avance y refuércelo
con aprobación y muestras de legítima alegría. El reconocimiento es por
excelencia gratificante para los seres humanos.
8. Acuerde con el docente una actitud común
Genere un momento o reunión para conversar a solas con el docente del niño y
acordar estrategias. De ser necesario, busque asesoramiento en el Equipo de
profesionales de la institución escolar. Para el alumno, percibir la coherencia
entre lo que dicen y hacen los adultos en casa y el colegio, ayuda a generar
una noción de importancia para el medio en el que se encuentra el niño.
9. Demuestre su interés
Exhibir con claridad que nos importan los temas y actividades que se
desarrollan en la escuela, afirma nuestra labor hacia la conducta del niño.
Permanecer involucrados afirma con hechos lo que estamos planteando con
palabras, lo cual resulta siempre más efectivo en las modificaciones que
estamos buscando.
10. Consulte a los profesionales
En caso de existir síntomas orgánicos, descarte la posibilidad de una
enfermedad con el médico pediatra. Si el rechazo escolar persiste, realice una
consulta psicológica infantil para hacer una adecuada evaluación e iniciar un
tratamiento psicoterapéutico.
Marcela Monte,
Psicóloga,
UNSL, Argentina.
Cristopher Palacios C.
Interno de Psicología
Universidad Mayor
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