Por Sebastián Peña (@spenafajuri), médico salubrista
¿Cómo podemos mejorar la salud de la población chilena?
Para decepción de muchos, la respuesta no tiene que ver con una reforma
a los hospitales ni con modificaciones al financiamiento del sistema de
salud. Los servicios médicos sólo son responsables del 20% de la salud
de una población. Un 40% depende de factores sociales y económicos, 30% a
los comportamientos en salud y 10% al ambiente físico (natural y
construido). La salud de una población se construye mayoritariamente por políticas públicas de otros sectores y NO del sector salud.
Esto rompe varios paradigmas. En primer lugar, nos aleja del “hospitalocentrismo”
que ha ahogado a la salud pública y a la medicina chilena los últimos
30 años. También rompe esa visión, a mi juicio errónea, de la promoción
de la salud alojada en la APS con un enfoque individual, o apoyada en lo
colectivo en forma de charlas, talleres y power points.
La
verdadera lucha que propone Salud en Todas las Políticas es poner el
centro de la atención en las políticas públicas de otros sectores que
impactan en salud.
La Reforma Tributaria, por ejemplo, es (o
era) una gran oportunidad para implementar la forma más costo-efectiva
para reducir el consumo de sustancias dañinas: aumentar el impuesto al
tabaco, alcohol y productos azucarados. La Reforma Educacional nos
permite sacarle la pesada mochila a aquellos que corren con desventaja.
El abanico de políticas públicas con impacto en salud es hermoso y
desconocido para los profesionales de la salud: Tratados de Libre
Comercio, subsidios agrícolas, políticas de vivienda y urbanismo,
defensa, construcción de cárceles, normas ambientales, políticas
sociales y de empleo.
Salud en Todas las Políticas nos saca de nuestra área de confort
para ponernos en un terreno de pares donde nuestros argumentos se baten
con los de economistas, abogados, sociólogos y políticos. Esto implica
el gran desafío de repensar nuestra base de herramientas
epidemiológicas, expandir el campo a las ciencias políticas y
económicas, e incorporar en la salud pública a profesionales con una
visión y formación distinta a los profesionales de la salud. En el siglo
XXI, implica también abordar con fuerza los conflictos de interés
asociados con el poder corporativo de la gran industria farmacéutica, de
alimentos, tabaco, alcohol, armas, entre otras.
Por eso es bienvenido que esta nueva versión del Congreso Chileno de Salud Pública y Epidemiología, que comienza el 23 de Julio, esté centrada en torno a Salud en Todas las Políticas. Entre los imperdibles estará la ponencia de Eeva Ollila,
una de sus principales exponentes en Europa, que presentará la
experiencia de Finlandia; y la presencia de Simón Barquera y Jaime
Miranda, dos de los más notables epidemiólogos latinoamericanos. Es
un primer paso para que comencemos a debatir cómo podemos construir una
sociedad más saludable incorporando la salud en todas las políticas.
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