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viernes, 28 de agosto de 2015

Como aprendemos los adultos:La formación no forma

: Un profesional aprende haciendo; un formador, enseñando; un alumno aprende poco escuchando

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Maslow atendía a una persona que se consideraba a sí misma un cadáver. A pesar de los argumentos lógicos del médico, aquel hombre persistía en su creencia. En un momento de inspiración, el psiquiatra preguntó al paciente:
-¿Cree que los cadáveres sangran?
El paciente replicó:
-Eso es ridículo. Por supuesto que los cadáveres no sangran.
Después de pedirle permiso, el médico pinchó al paciente en un dedo y la sangre roja brilló. El paciente asombrado exclamó:
¡Maldita sea, los cadáveres sangran!
Esta historia que publicó @Mertxe sobre Abraham Maslow refleja muy bien mi escepticismo sobre el débil cambio que la formación “hablada” puede generar en las personas. La formación está sobrevalorada porque ya sabemos lo que tenemos que hacer, lo que pasa es que no lo hacemos.
Mi intención en ponencias y cursos es generar polémica mediante el humor sobre la eficacia de los métodos que emplean los participantes como profesionales. Sé que tras la formación es improbable que cambien su forma de trabajar y sus rutinas de intervención. Para mí,  como se diría en el argot judicial, el objetivo de la formación es crear una duda razonable, ¿podría estar haciéndolo mejor?, y aumentar su motivación para intentar responder a esa pregunta aplicando otras formas de hacer.
La formación no forma, sólo sugiere.
Tomado de Yooriento.com 

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