Lo que comemos no solo afecta a cómo nos sentimos, sino
que cómo nos sentimos también afecta a nuestra manera de comer.
Pese a que muchas personas no lo crean, la psicología puede ser una importante
para mejorar la adherencia a una dieta, ya sea para mejorar la imagen corporal o para controlar
la ingesta excesiva de comida en casos de sobrepeso, pues existen variables
psicológicas relacionadas el éxito a la hora de seguir una
dieta.
Por tanto, los psicólogos son profesionales que pueden
prestar sus servicios para que los individuos consigan realizar cambios
conductuales o cambios en el de estilo de vida. Existen herramientas (como la
buena planificación, la evitación de estímulos, etc.) que pueden ser
beneficiosas para llevar a cabo un plan dietético con éxito.
Un psicólogo puede ser una gran ayuda en la pelea contra
la obesidad, pues los
aspectos emocionales son muy importantes a la hora de lograr un cambio
permanente en las costumbres que afectan a la alimentación. Además, en casos
graves de trastornos de alimentación,
el psicólogo es una figura indispensable para el tratamiento correcto de las
patologías.
Comer con el paladar: una conducta placentera
Muchas personas no comen en función a sus necesidades
nutricionales, sino que es el paladar el que les motiva a ingerir alimentos sin
control. Esto puede parecer un acto cotidiano, pero puede
ser muy perjudicial para la salud si se abusa de comidas con un bajo valor
nutricional y un
alto contenido en sustancias perjudiciales para el organismo (como las grasas
trans).
Abusar del acto placentero de comer, no solamente puede
hacer que nos sintamos más cansados y busquemos más comida constantemente, sino
que puede provocar serios problemas de salud. Comer con el paladar es una
conducta que tiene que ver con el placer y, por tanto, entra en juego el sistema de recompensa, mediado por la dopamina. La
dopamina es un neurotransmisor que participa activamente en el refuerzo de
conductas placenteras como el sexo o el consumo de drogas.
Las emociones afectan nuestra dieta: la alimentación
emocional
En muchas ocasiones las personas conocen muy bien la
pedagogía de la alimentación, el problema es que no se adhieren a un plan
dietético por muchos motivos: falta de motivación, objetivos poco realistas,
creencias de autoeficacia negativas, exposición a estímulos interferentes y,
sobretodo, un estado anímico bajo.
La relación emociones-nutrición es clara, ya que en momentos de
inestabilidad emocional somos más propensos a consumir alimentos grasos. Esto
no es positivo para el control de peso y provoca un exceso de grasa en la
dieta. Cuando usamos la dieta para calmar nuestro estado emocional, a esto se
le llamaalimentación emocional.
Las variables psicológicas y emocionales son muy
importantes para tener éxito en la dieta, ya que para muchas personas no es un
camino fácil. Por otro lado, hay que entender el comportamiento humano y saber
que cuando estamos ansiosos o tenemos problemas emocionales, muchos individuos
responden con grandes ingestas de comida. Además, el estrés también causa problemas anímicos que influyen en la
ingesta alimentaria.
Depresión y atracones de comida
En casos graves como en la depresión, es frecuente que los individuos deprimidos aumenten la
ingesta de alimentos de una manera desproporcionada. Según el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) en el transcurso de la depresión pueden aparecer
episodios de sobreingesta pero sin que se experimente pérdida de control (algo
que sí ocurre en el trastorno por atracón). La razón por la que los individuos
con depresión o problemas emocionales suelen ir en busca de comida para sentirse
mejor y calmar su estado anímico, es debido a que muchos alimentos incluyen triptófano, un aminoácido que provoca la liberación de serotonina (los niveles bajos de serotonina se asocian a la
depresión y a la obsesión).
La falta de serotonina causa
distintos efectos negativos sobre el organismo, como angustia, tristeza o
irritabilidad. Ya que el cuerpo no produce triptófano, hay que conseguirlo a
partir de la dieta. Por tanto, los alimentos ricos en este aminoácido actúan
como antidepresivos naturales.
Varios son los estudios que
relacionan la serotonina con mayor sensación de bienestar, relajación, mejorsueño, autoestima
más alta, mayor concentración y un
mejor estado de ánimo. Además, la serotonina tiene una importante función en el
cerebro ya que establece el equilibrio entre otros neurotransmisores como la
dopamina o la norepinefrina (noradrenalina). Estos neurotransmisores son
importantes ya que se relacionan con la angustia, la ansiedad o los trastornos
alimenticios.
Alimentos ricos en Triptófano
tenemos: Pavo, Pollo, Leche, Queso, Pescado, Huevos, Tofu, Soja, Nueces y Chocolate.
Por último, respecto a la serotonina, los niveles bajos
de este neurotransmisor, se asocian a comportamientos obsesivos y al trastorno
por atracón. En un estudio publicado en “Journal of Clinical Investigation”,
explica que los investigadores del Centro de Investigación de Nutrición
Infantil USDA/ARS en el Colegio Baylor de Medicina, en Houston, y el Hospital
de Niños de Texas, en Estados Unidos, demostró que la hormona estrógeno puede
aumentar producción de serotonina para inhibir los atracones de comida.
Psicología
aplicada a la nutrición, una alianza
Como hemos comentado, existe una relación entre psicología y nutrición. La llamada “Psicología
de la Nutrición” se ocupa del estudio y la aplicación de estos
fenómenos tanto en sus condiciones normales como en aquellas que se presentan
en la patología. La calidad del vínculo entre el psiquismo, los factores
sociales, emocionales y educativos, y la nutrición, son esenciales para el
desarrollo saludable de cualquier persona.
En el mundo occidental, y debido al el sistema
socioeconómico existente, hemos sido educados para consumir estética. Esto
provoca patologías o trastornos de la conducta alimentaria como la Anorexia yBulimia si no se trabaja para minimizar los efectos de la cultura
de la imagen. Esta necesidad de intercambio entre disciplinas tales como la
Nutrición y la Salud Mental, hace necesaria la aportación de la psicología para
un desarrollo sano de los individuos.
Por ejemplo, el problema de la obesidad no solamente
consiste en bajar de peso, en muchas ocasiones existen ciertos aspectos
involucrados que deben abordarse y que no solamente tienen que ver con la
alimentación. Un individuo que ha sido obeso desde la infancia nunca ha tenido
una representación de su cuerpo delgado. Cualquier cambio que ocurra no
solamente afectará a su peso, sino que tendrá consecuencias en su identidad. La
psicología, por tanto, juega un papel importante en el bienestar de las
personas, y la nutrición es un aspecto importante para un desarrollo pleno de
un individuo.
María Francisca Toro
Interna de Psicología
Universidad Gabriela Mistral
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