Comparto nota realizada por equipo Chile Crece Contigo.
04-09-2015
Hace dos días nos estremeció la noticia de un niño pequeño que apareció muerto en las orillas de una playa en Turquía luego de huir de su país de origen afectado por un conflicto sin precedentes. La foto nos remeció a todos. Así como también lo hizo la noticia del niño que ayer fue encontrado en precarias condiciones y tomando leche de una perra en el norte. Así como también lo hizo la noticia del niño asesinado por la pareja de su padre en Molina.
La reflexión que surge es que aún nos queda mucho por avanzar como país y como humanidad. ¿Qué podemos hacer frente a las noticias o a las fotos? ¿Desviar la mirada? Hacia donde miremos esa imagen no va a desaparecer, así como tampoco le podremos devolver su vida a Aylan, el niño sirio, o la vida a Ángel, el niño de Molina. Pero sí podemos hacer más como equipos de Chile Crece Contigo, como papás, como vecinos, como humanidad.
Como equipos de Chile Crece Contigo lo que ha pasado es un llamado a seguir trabajando fuerte en materia de prevención, a no racionalizar lo sucedido y a no dejar de ver al OTRO en medio de todas las responsabilidades y tareas diarias. A no descansar en nuestra misión y a seguir trabajando para alcanzar altos estándares en la atención a niños y niñas.
Como papá o mamá, un llamado a acurrucar a nuestros hijos e hijas, a no perder el minuto para abrazarlos, a no normalizar los golpes o los gritos en la crianza. Un llamado a entender que los castigos físicos no funcionan y a comprender que todo tipo de maltrato afecta el desarrollo de nuestros hijos e hijas.
Como comunidad, como familia y como vecinos, un llamado a asumir un rol protector no solo con nuestros hijos, sino también con los hijos de nuestros vecinos o con aquellos que viven en precarias condiciones. Un llamado a no dejar de lado a mi amigo/a, hermano/a, vecino/a que como papá o mamá se puede estar viendo desbordado o no cuenta con las herramientas o no está en condiciones de poder desplegar un rol protector con sus hijos/as por múltiples razones.
Un llamado como humanidad a decir basta a cualquier tipo de violencia y entender que a medida que le negamos la posibilidad a un niño de ser niño, en la medida que le negamos sus derechos, podríamos estar dando pie a una violencia perpetua para generaciones futuras, con lo que ello puede implicar para el futuro de la humanidad.
En definitiva, un llamado a devolverle a cada niño o niña, como sale en la foto que acá compartimos, el lugar que le corresponde, en su casa, con su familia, en paz.
Equipo Chile Crece Contigo
www.crececontigo.cl
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