El estrés
crónico es la forma de estrés psicosocial más peligrosa. El estrés laboral
es una de las formas más graves y prevalentes del estrés
crónico, y suele implicar diferentes tipos de estresores, tales como la
sobrecarga de trabajo (las demandas exceden las capacidades del individuo;
p.ej., las personas que cuidan de un familiar impedido), los conflictos interpersonales
(p.ej., entre el trabajador y el superior), los conflictos de roles (p.ej.,
cuando existen demandas incompatibles entre las exigencias laborales y las
familiares), y los estresores por reestructuración de rol (p.ej., cuando se
producen cambios importantes en la organización del trabajo).
Una consecuencia especial del estrés laboral es conocido como burnout o
síndrome de burnout.
El burnout es
un término clínico aplicado al ámbito laboral, y referido fundamentalmente a
trabajadores que desempeñan labores que implican atención e interacciones con
otras personas, tales como los que trabajan en el ámbito sanitario (médicos,
enfermeras, etc.), la educación (profesores), y la administración pública en
general (policía, etc.). Su primera conceptualización se debe al psiquiatra
norteamericano H. J.
Freudenberger, el cual, en 1974, describió una serie de reacciones
físicas y mentales que observó en un grupo de personas que trabajaban en una
clínica de desintoxicación. Después de un año, muchos de ellos se sentían
agotados, irritables. En 1981, C.
Maslach y S. E. Jackson lo definieron como un proceso crónico
patológico, asociado a las demandas psicosociales que requiere el trabajo
directo con personas. Estos autores describieron el burnout como un
constructo multidimensional constituido por al menos tres dimensiones
diferentes: agotamiento emocional, despersonalización, y baja realización
personal en el trabajo.
La mayor incidencia del burnout parece
asociarse a los profesionales que ofrecen un servicio asistencial y cuyos
destinatarios son las personas, como ocurre en los profesionales de la
educación tales como los profesores, los psicopedagogos y los orientadores.
La profesión docente no se reduce a las funciones didácticas y
responsabilidades relacionadas con el proceso educativo en sí mismo, sino que
implica una dedicación más personal y emocional que le infiere un carácter de
profesión vocacional.
Finalmente,
cabe resaltar que los bajos apoyos de supervisión favorecen la baja
realización personal en el trabajo, mientras que las condiciones
organizacionales y el nivel de la etapa educativa se relacionaban
específicamente con el grado de despersonalización.
Estos
resultados sugieren que, entre los factores asociados al burnout, claramente unos parecen resultar
más relevantes que otros, siendo algunos de ellos de tipo protector
(satisfacción laboral, afecto positivo, etapas educativas inferiores),
mientras que otros podrían conceptualizarse como factores de vulnerabilidad
(afecto negativo, estrés laboral/estrés de rol, etapas educativas superiores,
falta de apoyos de supervisión, y condiciones organizacionales negativas);
entre estos factores, los que parecen resultar más determinantes son el afecto negativo, el estrés laboral, y la satisfacción laboral.
Macarena Arriagada
Interna de Psicología
Universidad Gabriela Mistral
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Excelente taller, para conocer acerca de lo que comen nuestros niños. Esta importante información, que nos ayudará a justificar nuestro programa de alimentación saludable en la escuela y a educar a nuestros padres en el proceso. ¡Muchas Gracias!
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