Por Jean Marie Sims Place, PhD y Deborah L Billings, PhD.
La depresión postparto está definida como un episodio depresivo mayor
o menor que afecta a las mujeres dentro de las cuatro semanas después
del parto. Los médicos e investigadores, sin embargo, sostienen que
puede darse en cualquier momento dentro del primer año posterior al parto (Stowe, Hosetter y Newport, 2005). Se caracteriza
por sentimientos de desesperanza, agitación, tristeza, desánimo, ideas
suicidas y una sensación de insuficiencia respecto del cuidado del
recién nacido (Born, Zinga y Steiner, 2004).
Investigaciones, o meta-análisis,
que han examinado la prevalencia de la depresión postparto estiman
índices del 20% en los países de bajos y medianos ingresos frente a un
13% en los de altos ingresos (O’Hara y Swain, 1996). Las mujeres que
padecen depresión postparto y no reciben tratamiento adecuado, tienen mayor riesgo
de sufrir depresión crónica y recurrente durante toda la vida. Esto
puede ser profundamente incapacitante (Patel y otros, 2012). Por
ejemplo, el suicidio como resultado de la depresión postparto y de otros
desórdenes mentales es una causa principal de muerte entre mujeres en el periodo postparto.
No solo las mujeres que experimentan depresión postparto sufren sus consecuencias. Este desorden está asociado a un débil apego materno-infantil y al retraso en el desarrollo cognitivo y emocional del niño. Está, asimismo, asociado
a la temprana interrupción de la lactancia, que contribuye a la
desnutrición y las enfermedades diarreicas en los infantes,
especialmente en los países de bajos y medianos ingresos (Cooper, Murray
y Stein, 1993).
¿Cómo va la investigación sobre este tema en nuestra región?
Dada la importancia de la depresión postparto y sus consecuencias,
enfocamos nuestra investigación sobre la depresión postparto (Place,
2013) en los niveles de cuidado primario, secundario y terciario en
México. Encontramos que, en general, la depresión postparto no está
incluida de modo sistemático en la detección y el cuidado de las mujeres
durante el embarazo y postparto.
Nuestra investigación consistió en una revisión exhaustiva de los
planes nacionales de salud, planes nacionales de acción, leyes y
regulaciones federales y estatales, pautas de práctica clínica y
políticas públicas de atención a la salud, examinando si incluían alguna
disposición sobre intenciones y/o acciones relativas al cuidado y
atención de las mujeres que experimentan –o están en riesgo de
experimentar– depresión postparto.
La depresión postparto estuvo notoriamente ausente en las pautas y
políticas de salud mental con respecto a la salud materna y el cuidado
durante el embarazo. Incluso cuando son mencionadas, las acciones
relativas al cuidado y el tratamiento de mujeres que experimentan –o
están en riesgo de experimentar– depresión postparto por lo general no
se incluyen.
Los proveedores de atención médica dieron muestras de comprender cómo
influyen en la depresión postparto los antecedentes sociales y de
comportamiento, incluidas la pobreza extrema, las altas expectativas de
las mujeres como madres y la violencia doméstica. Esos mismos
proveedores a menudo ven en síntomas de angustia –que afectan las
responsabilidades de las mujeres asociadas a la maternidad– posibles
casos de depresión postparto.
¿Qué deberíamos hacer?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA
por sus siglas en inglés) destacan la educación y capacitación de los
proveedores de atención médica y el desarrollo de un marco de políticas
como estrategias esenciales para abordar la salud mental materna en los
países de bajos y medianos ingresos.
Es necesario desarrollar materiales utilizando las conceptos de los
proveedores de atención médica e incorporarlos a la capacitación
profesional en salud de modo que todo el espectro de necesidades de las
mujeres pueda ser atendido tanto durante el embarazo como en el
postparto. Los formuladores de políticas deberían considerar la
posibilidad de expandir las políticas de salud mental identificando
acciones que prioricen el cuidado de mujeres con depresión postparto y
fijando pautas de práctica clínica dirigidas específicamente a los
problemas de la salud mental materna. Es necesario que los profesionales
de la salud –que desempeñan un importante papel en el bienestar de las
mujeres, los niños y las familias– reconozcan la intersección que existe
entre la salud mental y la salud materna.
¿Sabes si la depresión postparto es abordada como parte del sistema
de salud en tu país? Comparte este artículo para que otras personas
accedan a lo que ya se sabe y sugieran cómo puede ser mejorado.
Jean Marie Sims Place, PhD, es consultora independiente en el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP).
Tomado de Blog Gente Saludable
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